viernes, 26 de marzo de 2010

FINAL INESPERADO

Con recuerdos borrosos de mi infancia, se resalta una anécdota sucedida cuando tenía 6 años de edad. Mi familia y yo estábamos de vacaciones en uno de los lugares más hermosos de Colombia, San Andrés. Eran unas vacaciones tranquilas, relajadas, con el sol brillando a nuestro favor.
Mi familia y yo estábamos montados en un bote que rugía de una manera ensordecedora y fastidiosa, tan fuerte que no podíamos escucharnos entre nosotros mismos, este nos salpicaba gotas de agua salada en nuestras caras, refrescándonos mientras llegábamos a nuestro destino.
Cuando llegamos a tierra, a un lugar hermoso-un lugar pequeño pero acogedor-, lleno de turistas de todo el mundo que nadaban en el mar y tomaban fotos a esta pequeña isla, Nos bajamos del bote, ya que esta era una pequeña parada para ir a nuestro verdadero destino, El acuario.
Un poco cansados por el viaje, mi familia y yo decidimos meternos al mar. El mar estaba demasiado fuerte y con grandes olas que demostraba la ferocidad del viento que las manejaba. Mi hermana y mi mamá fueron las primeras en meterse al mar mientras que mi hermano mayor, mi papá y yo optamos por esperar un rato más para meternos.
Ya después de haber esperando un tiempo, decidí meterme al mar. Muy tranquila Salí en busca de mis sandalias, ya que sabía que si no tenia las sandalias no me dejaban meterme al mar. pasado un tiempo buscando mis sandalias por cielo y tierra le pregunte a mi padre- Papá sabes donde están mis sandalias?-, el un poco dudoso responde-creo que tu hermana las cogió-, yo muy enojada me metí al mar y fui a donde estaba mi hermana para reclamarle mis sandalias, mientras que atrás mío, mi papá gritaba-Cindy Paola…Usted no puede ir solo hasta allá espéreme yo voy con usted- yo con mi ira ignore por completo a mi padre que seguía atrás mío. En el camino a recuperar mis sandalias había unas rocas grandes, resbalosas y con un gran filo en el borde. Ignorando mí camino y sin ver por donde iba, invadida por la ira, trate de pasarme sola las rocas y sin acordarme que mi padre venia acompañándome, resbale y me tropecé, mi papá por tratar de ayudarme a que no me golpeara, él también resbalo pero cayéndome enzima y aplastando mi cara contra el filo de las inmensas rocas, de ahí todo de volvió negro dejando de recuerdo un mar azul centellante.
Recobrando un poco la conciencia, me sentía mareada y confundida. Abrí mis ojos, veía mucha gente a mi alrededor mientras que mi padre con desesperación gritaba pidiendo auxilio por mi. No me había dado cuenta del la gravedad del asunto hasta que vi en la arena un gran charco de sangre que procedía de mi ojo izquierdo, cayendo se una manera desenfrenada y escandalosa que parecían cascadas de sangre. Después de ver este acontecimiento volví a caer inconsciente, solo sentía que me llevaban en lancha hacia la ciudad, decían:-Tengan preparado un auto, una niña va de urgencia con un parpado cortado-.
Llegando al hospital varias enfermeras me recogieron para atender mi parpado dividido en dos, mi madre, mi hermano y mi hermana se quedaron en la sala de espera pero mi papá me acompaño a la curación. Todo estaba en completo silencio, oía a mi padre orar y decir:-Dios mientras que esto sucedía sentía una gran aguja entrando sobre mi brazo, hice un gesto de dolor y grite un-ayayay, que me están haciendo?-, mi papá me respondió- esta todo bien, te prometo que esto no volverá a suceder-.note su voz muy triste como si hubiera llorado sin parar toda una noche, eso me preocupo y alarmo mucho, pero después escuchar esto y minutos después de que me colocaran la anestesia el dolor seso y los doctores ya habiendo preparado la aguja y el hilo, empezaron la curación de mi parpado. Sentía un meter, halar y amarrar fastidioso en mi ojo, quería que esto se acabara, era insoportable todavía para mi corta edad, quería gritar y salir corriendo, no me sentía bien, pensé:-¡¡¡Dios mío, ayúdame a salir ya de esto, porfavorrrr!!!-.
Ya los doctores habiendo terminado de coser los 14 puntos en mi pequeño parpado, abrí mis ojos, cuando los abrí veía a toda mi familia a mi alrededor que me esperaban con una gran sonrisa, flores y dulces. Me sentía feliz, protegida y agradecía con Dios de que todo allá salido bien, porque sabia que este suceso iba a quedar en mi memoria como un recuerdo inolvidable.

2 comentarios:

a.p dijo...

me parece q en tu anecdota manejas muy bien el suspenso siempre poniendo a el lector espectativa y maneja muy bien la describion al comentar los detalles de la isla las piedras su erida tambien describiendo muy bien los sentimientos de su papa. me parece una muy buena anecdota

sebas n dijo...

La anécdota “final inesperado” es una anécdota muy interesante ya que tiene un suspenso que logra entretener un 100% al lector, llevándolo de forma inmediata al lugar de los hechos.
Una de las partes que mas me impacto y que por lo tanto me gusto fue la que la protagonista se deja llevar por la ira y no escucha las advertencia de su padre y es por esto que sufre el lamentable accidente , que se convierte al final en el drama de esta anécdota.