martes, 21 de mayo de 2013
¿CONSOLIDACIÓN O DESTRUCCIÓN DE UNA ECONOMÍA? En definitiva, ¿es ganancia o es perdida? por Alejandra Melo
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El tratado de libre comercio entre Colombia y Estados Unidos (EE.UU) es un hecho al cual todos los sectores que forman parte de la economía colombiana deben acoplarse, y a estas alturas ya no hay ninguna discusión ante dicho tratado comercial.
En realidad si nos ponemos a pensar bien sobre el hecho de introducir en un país como Colombia el llamado TLC veremos que la preocupación en estos momentos iría encabezada por parte de las pequeñas y medianas empresas que se dedican a la producción, distribución y venta de determinados productos, las cuales se considera que serán afectadas a medida que vayan ingresando al país productos provenientes de EE.UU, los cuales han de ser similares a los producidos por las PYMES y a un bajo costo; esta amenaza se explica porque el poder adquisitivo de estas empresas locales no es muy grande en comparación a su competencia por lo cual no podrán comprar en grandes cantidades materia prima o productos como tal para vender, dicho hecho produce en estas empresas una incapacidad de economizar para dar unos precios a los consumidores con los cuales se pueda competir ante empresas grandes y consolidadas de EE.UU.
Por otra parte, lastimosamente el sector agroindustrial (productores de: maíz, arroz, trigo, cebada, carne, algodón, lácteos) también se verá afectado negativamente, puesto que los productos norteamericanos influirán drásticamente en el mercado colombiano llegando a distribuirse en éste a costos inferiores en comparación a los precios de los productos locales.
Sin embargo cabe mencionar que los empresarios y exportadores con un capital significativamente amplio serán beneficiados, ya que podrán vender sus productos sin pagar impuestos y además podrán comprar maquinaria que no es producida en el país y materias primas sin pagar arancel, lo cual les dará como resultado ser más competitivos haciendo parte del mercado mundial, un ejemplo de ello es según Portafolio, la empresa RITCHI la cual “va por más clientes, de pasar de producir 564.000 docenas de prendas al año, a elaborar 648.600 docenas al finalizar el 2012 es la meta que tiene trazada la empresa Ritchi, dedicada a la producción de prendas para la mujer” además se afirma que hoy en día la empresa exporta a Miami, Nueva York y Atlanta pero además de eso, aspira a llegar a otras ciudades.
Acto seguido cabe resaltar que 635 empresas colombianas pudieron exportar por primera vez a Estados Unidos, por lo tanto 131 productos nuevos encontraron mercado allá debido a que los estadounidenses buscan productos colombianos de calidad, además que por los beneficios arancelarios establecidos (reducción de impuestos) les produce mucha más rentabilidad que no encuentran en otros países; además se evidencia el aumento de las exportaciones influyendo positivamente en la parte financiera como es afirmado en la página El País “Entre los productos con los mayores crecimientos netos después del TLC están los de azúcares y mieles (58,7%), confitería (36%) y procesados del mar (31%), en agroindustria. En manufacturas, las exportaciones crecieron 8,2% de mayo a diciembre de 2012, siendo las autopartes y productos de metalurgia los de mayor incremento, con 196,7% y 148,2% cada uno”
Entonces es aquí cuando se enfrenta la realidad y nos damos cuenta que por un lado el TLC trae ciertas ventajas y por el otro acarrea desventajas lo cual nos lleva de nuevo a aquel interrogante del que partimos: En definitiva, ¿es ganancia o es perdida?, y llegamos así a la conclusión de que al parecer son más los puntos positivos que nos ofrece este tratado teniendo en cuenta los testimonios, que los puntos negativos.
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