martes, 21 de mayo de 2013

ORIENTACIÓN SEXUAL E IDENTIDAD DE GÉNERO POR MARIA ALEJANDRA MONTOYA

Toda persona tiene una orientación sexual y una identidad de género. Cuando éstas no coinciden con las de la mayoría, se considera a menudo a la persona objetivo legítimo de discriminación o abuso. En la Declaración Universal de Derechos Humanos está estipulado que toda persona debe de poder disfrutar de todos los derechos humanos sin importar su estrato socioeconómico, raza u orientación sexual; sin embargo millones de personas en el mundo se enfrentan a la ejecución, el encarcelamiento, la tortura, la violencia y la discriminación por su orientación sexual o identidad de género. Los abusos a los que se enfrentan pueden ser variados, desde insultos y palizas frecuentes, violaciones de mujeres para ser “curadas”, acoso escolar y amenazas, hasta ejecuciones estatales, homicidios en la calle y denegación de empleo o servicios de salud. Aunque en la actualidad la aceptación de las diferentes orientaciones sexuales (ya sea homosexualidad, pansexualidad, asexualidad, etc) y las diversas formas de expresar la identidad de género de cada persona ha aumentado poco a poco, aún existe una gran aversión por esto. En algunas ocasiones en el día a día se puede presenciar la discriminación que aún prevalece en la sociedad ante los homosexuales, en la cotidianidad se logra escuchar el eco de insultos hacia las parejas homosexuales, al igual que burlas y sobrenombres denigrantes. Aunque las comunidades LGTBI hoy en día son consideradas parte de la sociedad aún no gozan de los mismos derechos que gozan todos aquellos que no son pertenecientes de este tipo de comunidades; el gobierno no demuestra un grado de interés realmente alto y esto ha sido demostrado en la constante pelea que se mantiene con la comunidad LGTBI y la poca divulgación del respeto hacia las personas homosexuales o de diferente orientación sexual. Nos encontramos con un gobierno conservador que defiende su definición de “normalidad entre parejas” como lo dicta la iglesia católica, a lo cual nos referimos a que las relaciones están conformadas entre un hombre y una mujer; aunque la iglesia se separo del estado durante la época del Renacimiento, el estado aún se apoya en las posiciones que tiene esta ante una gran mayoría de temas que competen con la ética en la sociedad. Si se da la definición que se le da a la palabra “familia” se puede apreciar que es un grupo de personas que viven juntas o en lugares diferentes, y especialmente son formadas por el matrimonio y los hijos, sin referirse específicamente al hecho de que una familia se conforma por un hombre y una mujer. Siendo esto así no han de haber razones para negar que una pareja del mismo sexo pueda tener una familia al igual que una familia heterosexual. Hoy en día lo que más se necesita con urgencia es una educación en valores provenientes desde las mismas familias que se base en el respeto mutuo, el respeto hacia los derechos de las personas sin importar su sexualidad o identidad de género para así poder crear una sociedad mucho más civilizada en la cual no se excluyan personas, sino que se excluya la violencia.

1 comentario:

Unknown dijo...

Hay buen contenido en el texto, pero como se evidencia plagio no se aprecia las ideas