martes, 3 de mayo de 2011

Compromiso individual frente al civismo por José Argemiro Acevedo

“Tenemos democracia, pero no tenemos ciudadanos. Tenemos una carga infinita de derechos, pero ninguna conciencia de las obligaciones. Campeones del reclamo, nulos en la responsabilidad” - Civismo inexistente y falta de compromiso, Corral Fabián.

A diario son comunes las noticias relacionadas con actos de intolerancia, no solo a nivel de Cali, sino en toda Colombia e inclusive en muchos países del primer mundo. Los índices de violencia asociados a actos de este tipo son altísimos, reflejando como predominan las conductas de tipo asocial.
En este mundo globalizado, las sociedades, en especial las que cuentan con un mayor desarrollo económico, se encuentran enmarcadas en un contexto multicultural, racial y religioso. Esto resulta un reto mayor para la convivencia y el civismo, sin contar con todos los medios y tecnologías de comunicación disponibles, que pueden ser usados para promover conductas a favor de la tolerancia y el respeto, contribuyendo a educar en forma positiva, pero sin embargo muchos de estos medios por el contrario, son usados en forma negativa, generan e incentivan aun más a la violencia. Desafortunadamente abundan acciones de este tipo.

A nivel cultural en toda sociedad, existen un conjunto de valores y comportamientos enmarcados por la moral y buenas costumbres, inclusive se manejan un conjunto de patrones y normas básicas para el respeto y la convivencia. Primordialmente sobre la familia, como núcleo y célula primigenia de la sociedad y el estado, se centra la labor de educar y formar desde temprana a los futuros ciudadanos, se busca que sean íntegros, para esto, en muchas ocasiones se propician ambientes de convivencia pacifica, de respeto por los demás, se incentiva la tolerancia, entre otros muchos esfuerzos para lograr la sana convivencia.

Es importante reconocer estos esfuerzos, además que existen muchos medios para promocionar conductas positivas, respeto por los demás, tolerancia, etc. Al igual que también se emplean muchos espacios para promocionar conductas contrarias. Pero es cada persona, quien en últimas decide si respeta y se ciñe a las normas de conducta necesarias para asegurar los mínimos niveles de convivencia en la comunidad en la que vive.

Esta en la conciencia y estructura moral de cada ciudadano el seguir un comportamiento cívico, su actitud frente a las normas y las demás personas, va a reflejar su nivel de responsabilidad y compromiso frente a los derechos y deberes que como miembro de una sociedad adquiere y asume.
En estos días se mencionan y promocionan en diversos medios de comunicación, un conjunto de campañas publicitarias, en donde se resaltan un conjunto de derechos, de los cuales los ciudadanos deben exigir su estricto cumplimiento, pero poco énfasis se hace en los deberes que los ciudadanos deben cumplir y respetar. Contribuyendo en gran medida a generar un ambiente de irresponsabilidad, no existe conciencia de las obligaciones, se promulga el bienestar individual sobre el bien colectivo, por ejemplo todo ciudadano tiene derecho a divertirse, pero también existe el derecho al descanso y a la tranquilidad.
Todos los ciudadanos deben ser conscientes de cómo por tratar de imponer su bienestar sobre otras consideraciones, pueden agredir la libertad de los demás habitantes de su ciudad. No existe ningún tipo de compromiso por parte de las personas, para con el entorno y ambiente, en el que no solo viven, sino que se desarrollan y relacionan como individuos autónomos e independientes, pero necesitados de estar en relación con otros y vivir en comunidad.

En muchas ocasiones se critica el papel desempeñado por las instituciones y diversos organismos pertenecientes al ámbito público y privado. Se critica su falta de gestión, liderazgo, ineptitud y lentitud para responder a diversas problemáticas, inclusive a nivel publico, en el ámbito político, se critica mucho la falta de expedición de leyes, reformas, decretos, resoluciones, etc. Pero si se analiza adecuadamente la problemática de falta de civismo, esta se relaciona con las personas y sus actitudes, el problema no es de leyes, sino del incumplimiento de estas.

Así mismo es necesario considerar que detrás de todas las diversas instituciones tanto públicas como privadas, en su funcionamiento están involucradas personas, su eficiencia o ineptitud, refleja el carácter y calidad del personal que trabaja a su interior. Pero no se trata de la ineptitud de cargos o mandos medios, el problema trasciende a las altas esferas, las elites y los dirigentes, quienes tienen en sus manos una gran cantidad de recursos disponibles, no solo a nivel económico, sino que también a educación de primera, estos dirigen y manejan al país, sus valores, honestidad y calidad como personas, van a ser fundamentales en el bienestar de la inmensa mayoría o por el contrario en el deterioro de sus condiciones de vida.

Es claro que la actitud de las personas, sus valores y compromiso, determina el rumbo de una sociedad entera, desafortunadamente en las estructuras más básicas de su carácter y personalidad, se encuentran arraigados comportamientos que van en contra del civismo, y sus deberes como ciudadanos, tal es el caso de la cultura tributaria, son comunes la situaciones en que los ciudadanos evaden sus obligaciones, y no solo eso, esto genera cierta complacencia y aceptación por parte de las demás personas. Esta clase de situaciones permiten medir y evaluar el grado de pérdida de civismo en que esta envuelta una sociedad.

La falta y pérdida de civismo va relacionada con la supremacía del individualismo, EL la cual va en prejuicio de los derechos de los demás. El hombres es por naturaleza un ser social, no puede aislarse de su entorno, por el contrario debe aprender a convivir, en una armoniosa relación con su comunidad y los demás miembros pertenecientes a esta.

El comportamiento de los ciudadanos debe estar enmarcado por conductas de tolerancia y respeto, es necesario ser consciente de ello, y asumir las responsabilidades que se tienen como ciudadanos, no es posible que ante situaciones tan insignificantes, como el de ubicar residuos en los recipientes destinados para ello, haya que invertir grandes cantidades de dinero en campañas publicitarias, para poder concientizar a la gente de hacerlo. Si en algo tan básico, es necesario realizar estos esfuerzos tan desproporcionados, que sucederá frente a situaciones más complejas y complicadas. Esto simplemente permite comprender porque las noticias relacionadas con actos de violencia por intolerancia y demás comportamientos asóciales, a diario se incrementan.

“La Organización Panamericana de la Salud afirma: El principal problema de salud pública de la población colombiana son las lesiones debidas a causas externas, resultantes de la violencia que afecta toda la sociedad, a tasa de lesiones no fatales en 1995, en comparación con el año anterior, refleja el incremento en la violencia pública, la violencia familiar, los delitos sexuales, los accidentes de tránsito y otro tipo de accidentes. Igualmente reporta que en Colombia se estiman, para el 1995, un total de 1.450.845 años de vida potencialmente perdidos (AVPP) debido a muertes violentas, 67,4% (977.725) debido a homicidios”. (PAHO, 1998, p.185).

1 comentario:

Adriana dijo...

Compromiso individual frente al civismo por José Argemiro Acevedo

Calificación: 4.5

Análisis de Andrés Rengifo:

Hace un uso adecuado de un lenguaje muy formal, de entrada se ve que hubo un extenso trabajo de investigación sobre el tema ya que los argumentos son muy claros y estratégicamente la estructura del texto hace que la lectura no se vuelva monótona, aunque por el uso del lenguaje formal no se hace de agrado seguir la lectura al público a quien va dirigido (estudiantes universitarios)

Observación:
la falta de un lenguaje menos formal hace que la lectura para quien va dirigido es decir a los estudiantes, hace que la lectura por lo extensa se vuelva muy pesada y no muy agradable de seguir.