viernes, 2 de mayo de 2008

EL MIO, ¿UN BIEN O UN MAL? (ANGELICA LAMOS)

Desde el momento en que Cali opto por desarrollar un sistema masivo de transporte, este paso a hacer otro de aquellos males que Cali se acostumbró a llevar a cuestas, generados por la corrupción, la falta de planeacion y la ineptitud de sus colaboradores.

El MIO no es una oportunidad para el desarrollo de la ciudad, como lo expresaba Metrocali en su pagina Web al inicio del proyecto, el cual era planteado para mejorar la calidad, velocidad y seguridad del transporte publico de la ciudad. Su mala planeacion y el mal uso de los recursos con los que contaba para su construcción, se ha visto reflejada en el incumplimiento de las fechas trazadas para empezar su funcionamiento, que debió darse en junio de 2007, ya casi se cumple un año de esta fecha y no se ha completado ni el 54% de las obras proyectadas y se han invertido $524.000 millones, esta son las cifras que ha revelado la personería municipal , en el periódico El País recientemente, el cual sostiene en que hay un alto sobrecosto y en algunos tramos de esta construcción falta espacio publico y sus acabados no son perfectos.

A pesar de las asombrosas y exageradas cantidades de dinero que se ha invertido en el MIO, a este le quedan faltando $400.000 millones, mas de los $830.000 millones que inicialmente fueron aceptados, para poder terminar el plan de sus obras; solo en la construcción de las etapas II y III del MIO se invirtió un total de $ 500 millones. El estado se comprometió a aportar un 70% para la continuación de las construcciones puesto que, falta concluir con las obras de la primera fase del MIO, que se encuentran en un 82% terminadas, este aporte de la nación contribuirá también en el emprendimiento de la segunda etapa del sistema; las tróncales de la avenida 3 Norte, avenida de las Americas la autopista a Yumbo y la troncal de Aguablanca, que es por donde mas pasan los vehículos de la ciudad.

También se encuentran pendientes las construcción de las terminales del MIO, ubicadas en Calima, Sameco, Valle del Lili, Aguablanca y Puerto Mallarino; del escandaloso Sistema de Transporte Masivo, se entregaron obras como las vías petroncal y alimentadores del Sistema de transporte, pero nada mas.

Todo el caos que vive nuestra ciudad día a día, solo lo debemos al recurrir a un plan de transporte que le queda grande a Cali, este tipo de obras se realizan en ciudades grandes, en donde la comodidad a la hora de conducir por sus vías es lo que prima. Pero aquí pasó todo lo contrario, recurrieron a esta construcción porque simplemente se tenía que invertir el dinero en algo, costara lo que costara, sin pensar en todas las consecuencias que este traería después. A esto se une que al comenzar su construcción, según datos expuestos en los diarios sobre la construcción del MIO, los contratistas lanzaron al iniciar el proyecto un monto de dinero que en la actualidad se ha visto duplicado por una infinidad de adversidades e imprevistos presentados, como los problemas de alcantarillado y redes de servicios públicos los cuales tuvieron que ser reparados inmediatamente, también contribuyendo al desorden vial y a empeorar la apariencia de los principales corredores viales de la ciudad.

Hace algunos meses el Presidente, Álvaro Uribe Vélez, sugirió que se trabajara en las noches, porque era mejor pagar un poco mas a los contratistas con tal de no crear dificultades en la vida de la ciudadanía, pero esta propuesta cayo en el vació imponiéndose de nuevo el ahorro sobre la atención a los problemas que se causan a la movilidad en Cali.

Frente al fracaso de esta propuesta el mandatario de la ciudad, propuso hacer un convenio interadministrativo con empresas públicas de reconocimiento nacional e internacional para que con una plataforma tecnológica entraran a hacer el recaudo del proyecto, sin tener que alargar mas el tiempo de entrega del proyecto y de esta forma darle dinamismo al sistema.
Ante esas propuesta fallidas, el Jefe del ejecutivo municipal indico que los problemas del MIO son los exagerados sobrecostos.

Hoy lo que debía generar una gran expectativa de progreso es castigado por la impaciencia de la gente que debe soportar el día a día el caos, de los trancones, los numerosos accidentes de transito y las descaradas infracciones que piden inmediatamente que las autoridades de transito pongan orden.

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