Nos inquieta la idea de ver dibujos, letreros, tribales y demás creaciones, plasmados en los diferentes muros y paredes de nuestra ciudad… tanto color y tanta imaginación que nos llama de una u otra forma la atención pero que en realidad no le damos la importancia que requiere el denominado graffiti!
¿Pero que es graffiti?... El graffiti son formas de inscripción o pinturas generalmente plasmadas sobre espacios públicos que en el lenguaje común es considerado como el resultado de pintar en las paredes regularmente temas de contenido político o social, sin tener en cuenta si han obtenido o no el permiso de los dueños de tales espacios. Y por ende cabe decir que algunas inscripciones como declaraciones de amor, insultos y pasacalles no son considerados este arte.
Es importante y para destacar que para que un graffiti sea considerado como tal; debe ir de la mano y constar de las siete valencias resaltadas por Armando Silva, enumeradas de la siguiente manera: las pre-operativas que son: la marginalidad (que traduce la condición del mensaje de no caber dentro de los circuitos oficiales, por razones ideológicas o simplemente por su manifiesta privacidad), el anonimato (que implica una necesaria reserva en la autoría, por lo cual quien hace graffiti actúa, real y simbólicamente enmascarado), la espontaneidad (que es la circunstancia psicológica del grafitero de aprovechar el momento para la elaboración de su pinta). Luego siguen las operativas dentro de la cual están: la escenicidad ( que es la puesta en escena, el lugar elegido, el diseño empleado, los materiales y colores utilizados y las formas logradas, con todas las estrategias para lograr impacto), la velocidad ( es el mínimo tiempo de elaboración material del texto, por razones de seguridad de sus enunciantes o por la presuposición de poca importancia que se le otorga a su escritura) y la precariedad (que es el bajo costo de los materiales empleados y todas las actividades que rodean al acto graffiti). Por ultimo quedaría la valencia pos-operativa que corresponde a la fugacidad (que es la corta vida de cada graffiti, el cual puede desaparecer en segundos, o ser modificado, o recibir una inmediata y contundente respuesta contraria a su inicial enunciado). De esta manera tendríamos la debida conformación de un graffiti [1].
En la actualidad se ha mostrado por los diferentes medios de comunicación la manera en que el gobierno afronta una problemática de cultura la cual se ha visto por algunos como contaminación visual, por otros como un irrespeto a la sociedad y por no muchos como un arte de libre expresión, ahora bien, ¿considerarías vandalismo expresar en un dibujo tu ideología? Esta bien que el fin no justifica los medios pero lo cierto es que los graffiteros encarnan una mentalidad en la que con sus manos y unos cuantos aerosoles que ponen en sus creaciones plasmadas en espacios de concreto dejan ver su creatividad y visión del mundo y ciertas enseñanzas ocultas que muy pocos pueden descifrar.
Anteriormente el hecho de pintar el graffo en las paredes era prohibido o considerado un delito al cual las autoridades lo retribuían como contaminación visual y si habían demandas podría llegar a haber condena [2]. Poco a poco la historia ha ido cambiando y se ha dado una “solución” a este acontecimiento social en vía de crecimiento; como se muestra en que el gobierno autorizo pintar algunos sitios de Cali, tales como paredes bajo puentes y algunos lugares sobre la cll5, la avenida de los cerros entre otros, y también se ve en los Megaconcursos de graffiti organizados en el Estadio Azteca por la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF), México [3].
Es muy importante también tratar la desigualdad cultural y social, que existe en cuanto al graffiti como se muestra en Copacabana (Antioquia): “La Administración, consciente de la importancia que tiene la participación de los jóvenes en el rumbo de cualquier comunidad, decidió abrirles un espacio libre para expresarse e inició un proceso de caracterización y concertación con los actores de esta actividad urbana. Les ofreció los espacios, las pinturas y los capacitó en el perfeccionamiento del grafiti, una expresión para muchos considerada vandálica y clandestina”, con tal proyecto conseguirían a cambio que los gaffiteros se comprometieran a no pintar de nuevo en fachadas privadas ni publicas y colaborar en la limpieza de algunos lugares antes pintados [4]; esto es un ejemplo claro de contribución y solución a lo que se podría llamar una problemática social. Los jóvenes graffiteros carecen de espacios de libre expresión y de participación frente a temas o publicaciones comerciales y políticas que sí invaden lugares y muchas veces con cosas absurdas o que simplemente no tienen una cierta importancia como las ideas que algunos chicos quieren dar a conocer y lo mas grave es que estos no son considerados “vandalismo o contaminación visual”.
El graffiti como arte es muy importante por que de una manera u otra aporta cosas significativas (claro esta que no es así para todos); como la reflexión sobre aquellas causas plasmadas en las obras que afectan a la sociedad y que ignoramos por falta de conocimiento y/o carácter propio, y algo que también es muy valido: aporta cultura y belleza ciudadana.
En conclusión….
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