GRAFFITI: VANDALISMO VS. ARTE URBANO por Jairo Sandino

La palabra graffiti, es un término que en la actualidad se escucha bastante, sin embargo la gran cantidad de personas que lo usan no conocen bien su significado, pues no cualquier escrito o ‘pintada’, hecho con laca, es un graffiti; dado que esta expresión artística va mucho más allá de un simple concepto que se refiere a una manifestación cultural que da cuenta de inconformidades con la sociedad, pensamientos en pro de generar conciencia en la población, dar cuenta de gustos y pasiones, entre otras, por parte de los graffiteros.

Según María Andrea Peñaloza Romero, comunicadora social de la Universidad Sergio Arboleda, en su texto ‘La muralla: papel del que no calla’, menciona que: El graffiti es una manifestación cultural, social y comunicativa que está presente y se involucra de manera activa en el ambiente metropolitano. De ahí que sea indispensable responder si el graffiti es o no un arte urbano o si por el contrario es hecho de vandalismo.
Por ello es importante mencionar que un gran número de personas piensa que son ofensivos y dañinos, por el contrario se trata de obras de arte urbano elaboradas que poseen un sentido, plasmando una ideología y una posición definida frente a las problemáticas o situaciones actuales del mundo.

El hecho de ‘rayar’ o pintar una pared, es considerado por muchos como un acto de vandalismo , donde se invade el espacio público con un espíritu de destrucción que no respeta propiedad alguna; si bien existen una cierta cantidad de personas que no limitan sus graffitis a bienes públicos, que no incida directamente en las propiedades privadas, otro grupo si es capaz de plasmar sus pensamientos en paredes que no tengan un dueño particular.

Hay que tener en cuenta entonces que la pared es el lienzo de los graffiteros, como una hoja en blanco en el cual se plasma la palabra o dibujo que de manera eficaz y artística con técnicas específicas se pretende emitir un mensaje de cualquier naturaleza y para todo el público que desee mirarlo.
Entonces el graffiti se convierte en una manifestación cultural de la ciudad, cuya finalidad es que la gente libere todas sus emociones y pueda exteriorizar lo que piensa, gritándole a la sociedad aquello que siente hacia la religión, el amor, el deporte, la política, el arte, etc.

De ese modo, no sólo es una expresión artística sino también un medio que evita la violencia y disminuye en gran medida los niveles de agresividad, pues el plasmar sus pensamientos en un muro, es un método de escape de furia.
Y es así como se convierte en un arte metropolitano, que acompaña a la ciudad en su recorrido por los inconvenientes e inconformidades, de manera que logre sacar algo bueno, agradable a la vista y con un mensaje significativo y diciente para la sociedad.