Misoginia un tema de realidades por Laura Hernández

Hay quienes odian los días grises, o las colas en el Mio o esperar horas para que lo atiendan en un consultorio médico. Podemos entender que ante estas situaciones nos sintamos disgustados y tengamos sentimientos de rechazo, pero lo que no es tan normal es que alguien pueda sentir odio, desprecio hacia las mujeres y pueda llegar incluso a la agresión y al maltrato.

Este no es un tema muy conocido en nuestra cotidianidad pues muchas veces es confundido con el machismo, sin embargo se trata de un comportamiento parecido pero más grave, "Al misógino lo describen como un sujeto que siente aversión (rechazo) hacia las mujeres, pero al mismo tiempo se aprovecha de ellas para obtener algún beneficio, generalmente de tipo material. Asimismo, puede tener discurso amable y aparentar ser buen hombre, mostrarse racional y comprensivo hasta que, tarde o temprano, termina proyectando actitudes de descalificación y minimización hacia lo femenino" .

¿Es justo que a las personas que suponen ser fundamentales en el desarrollo de las familias que constituyen esta sociedad, sean tratadas como un objeto? Este creo que es un pensamiento que no solo tengo yo con respecto al maltrato que reciben algunas mujeres en sus hogares, a nivel laboral o en otros ambientes, sino muchas otras personas que luchan por mejorar la condición de estos seres que llenan de luz a sus hijos, o a las personas que tienen a su lado o a su cargo.

Para nadie es un secreto que nuestro país es violento, no es cierto? Pues vemos como hay cifras que nos muestran el abuso que hay contra las mujeres aunque no son las únicas ultrajadas pues se ha encontrado un estudio hecho en una organización llamada Small Arms Survey el cual fue publicado por el periódico El País que nos dice que nos encontramos entre los 10 países con más feminicidios.

El odio profundo a las mujeres no es un mal de la época moderna, no creas que estoy exagerando, es tan viejo como el mundo. Desde antes de Cristo se observaba el papel relegado al que estaba sometida la mujer, ya que los griegos con sus principales filósofos de la época tenían derecho a crear mil y una teorías. A pesar que Grecia fue un modelo de democracia, este era un sistema hecho por y para los hombres; si una mujer intentaba opinar con respecto a algún tema y se atrevía a hacer esto en público era apedreada o tildada de bruja, su fin era una hoguera. Pero no son solamente los griegos quienes no admitían la deliberación de las mujeres, hay religiones como el Islam que todavía prohíben la participación de las mujeres en muchos de sus ritos.

En nuestro continente aunque no se practica en su mayoría este tipo de religiones y creencias, los comportamientos de los hombres hacia las mujeres son en muchas ocasiones despectivos y excluyentes. Esta diferencia tan marcada en algunas áreas, y niveles socioeconómicos, tiene su raíz en la cultura, ya que los hombres se ven presionados por las mujeres que cada vez quieren ser más independientes y desempeñar papeles que solo eran ejercidos por ellos. Creando una competencia para lograr tener igualdad de condiciones con ellas. Y generando así, actos agresivos repetitivos, o acoso, que desencadenan en ocasiones en conductas delictivas, muchas de las cuales las mujeres no denuncian.

Para concluir es necesario que sepamos que esto que sucede con las mujeres no es solamente maltrato ni aversión de parte de los hombres, pues vemos muchas veces que hasta en su mismo género se es rechazado. Pensemos un poco en que de alguna u otra manera puede esto ocurrirle a alguien cercano o hasta ustedes si de una mujer se trata, hagamos un alto y cambiemos nuestra forma de ver esta violencia que puede ser aceptada con tal de tapar errores ocurridos.