lunes, 18 de noviembre de 2013

"NO NOS LLAMES, NOSOTROS TE LLAMAMOS" POR STEPHANIA RAMIREZ

“Reprobado porque no me agrada tu nariz.” “Lo siento pero tu hoja de vida ha sido rechazada por tus orejas grandes.” “Lamentamos decirte que esta empresa no acepta a empleadas con cabello corto.” Suena absurdo dicho de esta manera pero no es tan lejos de la realidad, aunque nadie lo diría directamente y tal vez hasta lo haga inconscientemente es algo que pasa, la discriminación por apariencia física es un hecho y lo único que se puede hacer en contra es ser conscientes de ello y de lo perjudicial que es para nuestra sociedad.

La discriminación es un tema que nació a la vez con la humanidad y su sentido de superioridad. Hoy en día hay muchas leyes que apuntan hacia la protección de las diferencias basándose en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que en su segundo artículo dice claramente “Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.” Es decir, todos sin excepción tenemos los mismos derechos fundamentales. Sin embargo, hemos visto que esos derechos son ignorados especialmente en países centro y latinoamericanos, que aparecen consecutivamente en la famosa “lista negra” de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, esta lista incluye a los países que merecen especial cuidado por la delicada situación de los Derechos Humanos países como Colombia, Venezuela, Cuba y Honduras estuvieron en la lista en el año 2102 y aunque en el 2013 Colombia salió de la lista, había permanecido en ella por doce años.

A continuación, vemos cómo son violados dentro del ámbito profesional, sin protección ninguna sobre el articulo 19 el cual establece que “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.” La cual es olvidada cada vez que una persona discrimina a la otra por sus formas de expresarse, sobre todo cuando se niega la oportunidad laboral por esta misma.
La apariencia física es un factor muy importante en las sociedades modernas, demasiado importante diría, no solo yo sino también los encuestados por la Universidad Nacional de Salta en Argentina, , nos encontramos con una sorprendente cifra, el 28 por ciento dice que fue discriminado laboralmente por su imagen.

¿Cómo se salen con la suya? La eficacia de este tipo de discriminación se basa en su sutileza, es fácilmente camuflada detrás de otras razones que puede dar el empleador por no otorgar el trabajo como nos explica María Paula Saffon en su artículo “La discriminación de los feos” “…su carácter imperceptible muestra a estas formas de discriminación como naturales, tornándolas tanto más eficaces y haciéndolas tanto menos susceptibles de ser detectadas y corregidas a través de mecanismos institucionales o jurídicos”. Así que parece ser algo ya aceptado por la sociedad. Hoy en día es común que la persona más “bella” consiga el trabajo por encima del más estudiado. ¿Hasta dónde hemos llegado? Esto nos vuelve una sociedad vanidosa y superficial y aún más grave, una sociedad sin cultura, estancada en el desarrollo ya que todos aquellos estudiosos, innovadores que no cuentan con el aspecto físico deseado son marginados, sin posibilidad de un buen empleo ni de poder desarrollar sus trabajos, científicos matemáticos, físicos, ni electrónicos que aportarían no solo a la economía del país si no al desarrollo colectivo de una comunidad como la nuestra.

Nadie niega la necesidad de una buena apariencia personal, alguien aseado bien peinado es necesario para una buena imagen corporativa, eso es claro pero hasta donde esa imagen corporativa tiene que afectar la individualidad de cada ser. Trasladándonos a un campo más específico como son las carreras de la facultad de comunicación social, estos son campos de creatividad, de expresión, imaginación e individualidad donde someterlos a un uniforme o cierta forma estricta de lucir estaría en contra de la naturalidad de las carreras. Sin mencionar en contra del artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos nombrado anteriormente.

Por último, va en contra de la libertad de un diseñador por ejemplo si quiere vestirse en prendas coloridas y tener el cabello largo que sea sometido a lucir un traje gris con un corte casi que militar. Es la opresión de la libre expresión cuando se discrimina a alguien por un tatuaje, piercing o algún estilo de cabello como lo es visto en algunas páginas de empleo como, opciónempleo.com, elempleo.com y computrabajo.com que en sus clasificados dicen específicamente, “Nota: no cabello largo, ni aretes, ni tatuajes, ni piercings.” Nada de esto influye en su desempeño laboral. Por esto no se debe permitir la discriminación por la apariencia física, mucho menos en el campo laboral, donde la genialidad no se basa en si es delgado, luce la ropa a la moda, y tiene el corte del común si no en sus capacidades como profesional. Todos debemos tener la oportunidad de mostrar de lo que somos capaces antes de que entren en prejuicios solo por lo que ven. Como algún día dijo Voltaire “Los prejuicios son la razón de los tontos.”

1 comentario:

Unknown dijo...

Al inicio llama la atención la manera que elige para dar entrada al texto, también es importante cuando menciona algunos de los derechos que competen frente al tema y los datos sobre países que presentan más índices sobre este tipo de discriminación.
En el texto hace mucho más énfasis de esta discriminación en el ámbito laboral, podría haber sido más amplia al hablar de este tipo de discriminación; ¿En que otros espacios se encuentra?
Presenta algunas citas y muestra el por qué afecta tanto la discriminación estética en la sociedad. Nos hace preguntarnos sobre esta problemática y crea cierto tipo de reflexión con este tema.
Concluyendo aclara que esto no significa llevar una mala apariencia o algo por el estilo, sólo que es necesario saber los límites al momento de juzgar o discriminar por cualquier motivo.
Observaciones: Hay párrafos muy extensos y esto crea cierta incomodidad al lector, también en algunas partes faltan o sobran comas que hacen que se pierda la fluidez de la lectura.
Nota: 4.3